Los sesgos inconscientes influyen en la toma de decisiones dentro de una empresa, afectando a la igualdad de oportunidades y el rendimiento del equipo. Estos patrones de pensamiento automáticos pueden llevar a elecciones injustas, pérdida de talento y un ambiente de trabajo menos equitativo.
En este artículo, desde Criteria, consultora de igualdad, exploraremos qué son los sesgos inconscientes de género, cómo se manifiestan en el entorno laboral y qué estrategias pueden ayudarte a mitigarlos.
Igualdad en el trabajo
Antes de explorar los sesgos inconscientes, es clave comprender la importancia de la igualdad en el entorno laboral. Sandra Ortega Izquierdo, nuestra responsable de DEI te lo explica.
¿Qué son los sesgos inconscientes de género?
Los sesgos inconscientes son prejuicios automáticos que influyen en nuestras decisiones sin que seamos plenamente conscientes de ello. Se desarrollan a lo largo de la vida a través de experiencias previas, educación, entorno cultural y procesos cognitivos que buscan simplificar la toma de decisiones.
En el ámbito laboral, suelen reflejarse en decisiones de contratación, promoción y asignación de tareas, afectando especialmente a las mujeres, dado que se basan en los roles asociados tradicionalmente a hombres y mujeres. Por ejemplo, se suele asociar a los hombres con competencias de liderazgo y a las mujeres con roles de cuidado o de soporte, lo que limita su acceso a puestos de responsabilidad.
Aunque en muchos casos los sesgos permiten procesar información de manera rápida, pueden generar discriminación, desigualdad de oportunidades y falta de diversidad en los equipos, impactando directamente en la innovación y la competitividad de la empresa.
¿Por qué los sesgos afectan a las empresas?
Los sesgos inconscientes pueden afectar a múltiples niveles dentro de una empresa, desde la contratación y promoción del talento hasta la toma de decisiones estratégicas y la cultura organizacional. Si no se identifican y abordan de manera activa, pueden generar entornos laborales poco igualitarios, afectando a todas las áreas, niveles y procedimientos internos de la organización.
Su detección y eliminación debe ser una estrategia clave para mejorar el rendimiento empresarial, atraer talento y fortalecer la reputación organizacional.
Impacto de los sesgos de género
A continuación, analizamos algunas de las consecuencias que los sesgos inconscientes de género pueden generar en las trabajadoras y las organizaciones.
Barreras en el acceso a posiciones de liderazgo
Los sesgos de género generan percepciones distorsionadas sobre las capacidades de las mujeres para ocupar roles de liderazgo, lo que dificulta su acceso a estas posiciones.
Este fenómeno se basa en estereotipos arraigados que asocian el liderazgo con características tradicionalmente atribuidas a los hombres, como la autoridad, la competitividad y la toma de decisiones firmes.
Por el contrario, las mujeres suelen ser asociadas con rasgos como la empatía, la colaboración y la sensibilidad, cualidades que, aunque valiosas, no siempre son reconocidas como esenciales para liderar en ciertos contextos laborales.
Discriminación en los procesos de selección y promoción
Los sesgos inconscientes hacen que el personal implicado en los procesos de contratación asocie características diferentes a mujeres y hombres debido a su sexo que no tienen por qué coincidir con la realidad, sino que reproducen estereotipos socialmente arraigados, lo cual influye en sus posibilidades de ser seleccionadas.
Subrepresentación en sectores estratégicos
La subrepresentación de las mujeres en sectores como tecnología, ingeniería o finanzas está directamente relacionada con los sesgos inconscientes de género que influyen en la percepción de las capacidades y aspiraciones de las mujeres desde edades tempranas.
Estos prejuicios, que asocian ciertos campos profesionales con características tradicionalmente atribuidas a los hombres, limitan tanto las oportunidades como la participación activa de las mujeres en estas áreas clave.
Brecha salarial de género
A nivel mundial, las mujeres ganan en promedio un 20% menos que los hombres por realizar el mismo trabajo. Esta diferencia, exacerbada por sesgos de género, afecta tanto a la igualdad como a la motivación laboral, perpetuando desigualdades económicas.
Carga de trabajo no reconocida
Las mujeres suelen recibir tareas relacionadas con la organización o el cuidado dentro de los equipos, que no siempre se reconocen ni valoran en términos de desarrollo profesional. Este fenómeno, conocido como el «trabajo invisible«, limita el tiempo disponible para proyectos estratégicos que impulsan el crecimiento laboral de las trabajadoras.
Cómo eliminar los sesgos inconscientes de género en las empresas
Formación en igualdad de oportunidades
Sensibilizar a los equipos sobre los efectos negativos de los sesgos de género y su impacto en la igualdad en el ámbito laboral ayuda a derribar estereotipos. Los programas de formación deben ser continuos y basarse en evidencia científica para abordar creencias inconscientes.
Implementación de políticas de igualdad retributivas
Realizar registros y auditorías salariales periódicas y transparentes y basados en valoraciones de puestos de trabajo de igual valor, garantiza que mujeres y hombres reciban una remuneración equitativa por trabajos equivalentes, eliminando así, la brecha salarial.
Promoción del liderazgo femenino
Establecer metas de representación en puestos de liderazgo y ofrecer programas de mentoría puede ayudar a las mujeres a superar barreras estructurales e impulsar su desarrollo profesional.
Medición y análisis de datos
Monitorear los indicadores de género dentro de la organización, como la proporción de mujeres en puestos de toma de decisión, las tasas de promoción y las brechas salariales, permite identificar áreas de mejora y avanzar hacia una mayor igualdad de oportunidades.
Conclusión
Los sesgos inconscientes de género suponen un obstáculo para la igualdad de oportunidades en el ámbito laboral y para visibilizar y valorar el talento femenino.
Su impacto va más allá de las decisiones individuales, afectando la cultura empresarial, el rendimiento y la innovación. Para combatirlos, es esencial adoptar medidas integrales que aborden tanto las percepciones como las estructuras organizativas.
Desde la formación en igualdad hasta el monitoreo de datos, pasando por la implementación de políticas con perspectiva de género, las empresas tienen la oportunidad de construir entornos más justos y competitivos. El compromiso con la eliminación de los sesgos de género no solo impulsa el crecimiento de las trabajadoras, sino que también refuerza la reputación de las organizaciones.
